2020: un año difícil, pero Dios tiene el control

Jamás hubiese pensado que este año vendría cargado de tantos retos. Nadie hubiese querido aprender de la manera tan dura en que lo hicimos. El dolor nos ha tocado de cerca, pero hemos permanecido en pie, de la mano de Dios, en medio de la prueba. Sé que este año 2020 ha sido difícil para todos, muy difícil, pero aún con ello quiero dar gracias a Dios, porque ha estado contigo y conmigo, y hemos aprendido muchas cosas.

Lo que este año 2020 me ha dejado.

Yo quiero contarte lo que este año 2020, a pesar todos los obstáculos, tristezas y angustias, entre muchas cosas, aprendí lo siguiente:

  • Que el control es una ilusión.
  • Que la vida es un gran don, y debemos cuidarla.
  • Que se necesitan muy pocas cosas para ser feliz.
  • La importancia de los médicos, personal de salud, y de quienes sostienen funcionando los servicios básicos.
  • Lo importante que es para las personas sentirse escuchadas y acompañadas sin juicios.
  • Lo mucho que se pueden extrañar y anhelar los sacramentos.
  • El bálsamo que es la oración.
  • El poder de los medios digitales para transmitir un mensaje.
  • Que el amor de Dios nos une más allá de cualquier distancia.
  • Que las mujeres unidas de la mano de Jesús, podemos hacer grandes cosas.
  • Que una mirada puede decir más que mil palabras.
  • Que hay gestos que son imborrables y que siempre agradecerás.
  • A admirar la fortaleza, valentía y constancia de muchas personas.
  • Dios tiene el control.

Por estos y muchos aprendizajes más, en medio de todo lo duro que ha sido el 2020 para el mundo entero, quiero dar gracias a Dios por su compañía y su abrazo amoroso en cada momento. Pido a Dios que siga cuidando de ti, de tu familia, que les acompañe, y siempre les provea.

Por mi parte, estos últimos días del año estaré desconectada de las redes sociales, me dedicaré a conectar más con Dios, con mis seres queridos y a culminar los detalles para los 2 Programas online que inician en enero 2021 «Sanar y Amar en Libertad» y «Levántate y transfórmate», para dar lo mejor de mí a las participantes que dedicarán a comenzar el año trabajando en sí mismas.

Espero recargar mis baterías con el Esposo de mi Alma, mi amado Jesús. Te invito a que tú también llenes cada espacio de estos días con Él, para que así puedas iniciar 2021 con buen pie. Desde ya, te deseo una Feliz Navidad y un hermoso año nuevo.

Ha sido un año difícil para muchos, para todos. Pero no abandonemos nuestros esfuerzos por mejorar, sobre todo en nuestra relación con Dios. Solo Él puede darnos la gracia de salir adelante. Dios tiene el control en cada situación. Sin lugar a dudas que el año 2020: ¡fue un año difícil!, pero Dios tiene el control. Gracias por formar parte de esta comunidad, te llevo en mis oraciones y me gustaría que me compartas en los comentarios ¿Qué aprendiste y agradeces de este 2020? Te leeré con mucho gusto.