¿Qué perdiste este año? ¿Qué aprendizajes te dejó el año viejo?

¿Hay algo que perdiste este año? ¿Qué aprendizajes te dejó esta pérdida? Te puedo contar que yo he perdido mucho, y esto me ha traído dolor; pero en cada pérdida he aprendido, y he salido fortalecido.

Agradezco lo que tuve mientras Dios me lo entregó, valoro lo que tengo, confiando que mañana será mejor.

En este año, próximo a terminar, posiblemente has perdido muchas cosas. Yo también. Es tiempo propicio para agradecer que, todo aquello que perdí, en algún momento me fue entregado por Dios para ayudarme y hacerme crecer. Eso que tuve, y que ahora ya no está en mi vida, fue un regalo de Dios y debo valorar lo mucho que me dio, agradecer lo que hizo en mí mientras duró.

¿Qué perdiste este año? ¿Qué aprendizajes te dejó el año viejo?

Ante cada pérdida, al principio no podemos creer que sucedió, nos resistimos. Luego, nos culpamos y pensamos en todo lo que pudimos haber hecho para evitar que sucediera. Los «y si hubiese», inundan nuestros pensamientos y nos flagelamos ante la imposibilidad de cambiar lo que sucedió. Todo esto, trae consigo sentimientos de rabia: ante los demás, ante nosotros mismos, e incluso ante Dios. Sentimos que esa pérdida nos destruyó y no podemos hacer nada. Nos invade la tristeza…

Todo este proceso, que en el momento es muy duro, termina fortaleciéndonos por dentro. A veces nos peleamos con Dios. Luego hacemos las paces, y reconocemos que, no nos sería posible vivir sin Él luego de haberlo conocido. Que, aunque pudiésemos caminar sin Él, no ganaríamos nada rechazando su mano amorosa. Aceptamos que Él estuvo a nuestro lado, llorando con nosotros, en ese momento de dolor. Nos abrazamos a Él, pedimos perdón y buscamos restaurar nuestro vínculo con Él.

Entonces, llega la aceptación. Reconozco que el pasado sólo puedo entregarlo, no hay nada en él que pueda cambiar. Que está en las manos de la Misericordia de Dios, que con su amor y su perdón cubre mis faltas. Que estas pérdidas me han dolido mucho, pero que a la vez me han dejado aprendizajes, y que es el momento de seguir adelante. Entonces, de la mano de Dios, me levanto y camino. Cada día, tengo una nueva oportunidad.

¿Qué perdiste este año? ¿Qué aprendizajes te dejó? ¿Te has peleado y reconciliado con Dios? ¿Cómo has sido fortalecido? Me gustaría conocer tu experiencia

¿Hay algo que debo aprender de las pérdidas?

¿Qué aprendizajes te dejó el año viejo en tu vida? A mí, las pérdidas de este año me han enseñado que esta vida terrena es un proceso de desprendernos. Aunque duela, cada día nos prepara más para el desprendimiento final, el dejar este mundo terreno. Nos formamos completamente apegados a nuestra madre, a la seguridad de su vientre, al calor de ese ambiente donde todo nos es dado, y desde que nacemos, día a día, vamos desprendiéndonos de las seguridades.

Podemos aferrarnos a mucho para sentirnos seguros, pero al final, todo es pasajero. Lo único que prevalece para siempre es EL AMOR, y con la plenitud de Él, nos encontraremos al final de nuestra vida en este mundo.