¿Habrá alguna receta para cambiar a otra persona? ¿cambiar sus hábitos o lo que no me agrada? Si el comportamiento o los hábitos de otra persona me generan sufrimiento, es importante que hoy comprenda que NO puedo cambiar a nadie más que no sea a mí mismo.
En ocasiones, buscando cambiar a otros, tengo comportamientos que son una locura. No me doy cuenta de lo mal que estoy cuando los hago: Sermoneo, persigo, acoso a otro, intento controlar, me victimizo, lloro, suplico, pido de regalo que cambie, oro desesperadamente para que Dios cambie al otro a lo que yo quiero. También he intentado forzar situaciones para que la persona «se dé cuenta de su error», le rescato de las consecuencias naturales de sus comportamientos, finjo ante otros que no pasa nada para «quedar bien», le envío artículos y videos donde explican cómo cambiar, le llevo forzado a un sitio donde no quiere ir, le pido a otros que le hablen y le muestren su error, me comunicó con indirectas constantes sobre su comportamiento, reviso sus mensajes o emails buscando señales de que algo pasa o complazco todas sus peticiones para que se dé cuenta de cuanto le amo y cambie por mí.
En definitiva, hago todas estas cosas, y más, para encargarme del comportamiento de otro; y soy incapaz de notar que he perdido la cordura en el mío propio.
La receta para cambiar a otra persona.
Lo único que me sirve ante el comportamiento de otro que me causa dolor es entregarlo en manos de Dios, ponerme límites y orar por esa persona.
Pero en esta ocasión, no voy a orar para que esa persona cambie a como YO creo que debería ser. Oraré para pedirle a Dios que haga de su vida lo que quiso que fuera, desde que estaba en el vientre de su madre. Sé que los planes de Dios para esa persona son mejores que los míos. Entregar en manos de Dios, descansar y enfocarme en lo que SÍ puedo cambiar. A mí mismo y a mi comportamiento alocado.
Sólo cambiando yo, puedo inspirar realmente a los demás y puedo ser alguien en quien vale la pena confiar y apoyarse. Sólo amando verdaderamente desde el perdón y la aceptación del otro tal cual es, podré dar testimonio auténtico de que sí se puede vivir diferente. Esa es la receta infalible para cambiar a otra persona.
Quiero citar en este momento unas palabras del Papa Francisco relacionadas con este tema que también pueden ayudarnos a ver las cosas diferentes:
«Al recibir el regalo de Jesús, los creyentes deben tratar de ser como él siendo un regalo para los demás. Es la mejor manera de cambiar el mundo: nosotros cambiamos, la iglesia cambia, la historia cambia, una vez que dejamos de intentar cambiar a los demás e intentamos cambiarnos a nosotros mismos y hacer de nuestra vida un regalo.
…Jesús no cambió la historia presionando a nadie o con un diluvio de palabras, sino con el don de su vida. No esperó a que fuéramos buenos para amarnos, sino que se entregó libremente a nosotros. Que no esperemos a que nuestros vecinos sean buenos para que le podamos hacer el bien, o que la iglesia sea perfecta para que la comencemos a amar, o que los demás nos respeten para que nosotros les podamos servir», (Papa Francisco, 25/12/2019)
Y tú, ¿has intentado cambiar a otra persona? ¿Qué cosas has hecho para que el otro «se dé cuenta» de su error? ¿Crees que sabes lo que le conviene a otra persona? ¿Piensas que alguien puede y debe cambiar para que tú seas feliz?
Me encantaría conocer tu experiencia
Venezolana viviendo en Ecuador, hija de Dios, mujer de fe, madre y esposa. Ingeniera De profesión y misionera de corazón. Trabajando día a día en mi crecimiento espiritual y buscando la coherencia, tomando como guía la frase de San Pablo: «Cambia tu manera de pensar y cambiará tu manera de vivir». (Romanos 12,2)
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