En la vida, hay que tomarse un tiempo para renovar fuerzas y cuidarse, todos necesitamos de eso en todo momento. No todo puede ser un trabajo constante y duro todos los días. Hay que cuidarse mente, cuerpo y espíritu.
En mi día a día puede haber mucho ajetreo, cansancio y ocupaciones y renovar fuerzas parece ser difícil. Puede parecer que no tengo tiempo de nada extra. Pero, la verdad es que, si aprendo a priorizar, podré tener aunque sea un breve tiempo para dedicarle a algo que me llene de entusiasmo y renueve mis fuerzas. Siempre hay tiempo para tomarse un tiempo.
Tomarse un tiempo.
Tomarse un tiempo para realizar esa actividad no tiene que ser algo complejo, costoso o sofisticado. Puede ser algo simple, que me recuerde a mí mismo que cuidarme importa.
Una ducha de agua tibia, tomar un té con calma desconectado de todo, adquirir un nuevo aprendizaje en algo que me apasione, son ejemplos sencillo de tomarse un tiempo. También puede tomarse un tiempo para una siesta de 30 minutos, orar y meditar, salir a caminar, leer un buen libro o contemplar el atardecer.
Tiempo para renovar fuerzas y cuidarse.
Renovar fuerzas y cuidarse, cuidar de mí también involucra aceptar mis tiempos, mis procesos, mis limitaciones, mis fortalezas y estar en paz con ello. Sabiendo que puedo y quiero mejorar, pero entendiendo que no puedo controlar completamente todo lo que me pasa y que, incluso en mi día más duro, Dios me ama.
Cuidar de mí y renovar fuerzas, también es tratarme con el cariño que lo haría con un buen amigo. Cuidar de mí, es aprender que sólo puedo vivir un día a la vez. También es comer una rica comida sana, tomar un delicioso café solo por disfrutarlo. Practicar una actividad física que me encanta, cuidar de mi salud y tomar mi medicación si así lo requiero.
Cuidar de mí es prioritario para renovarme y poder cuidar a quienes amo. Cuando no lo hago, estaré desbordado y me será más difícil responder con paciencia, empatía y cariño a los retos cotidianos que se me presentan.
Beneficios de tomarse un tiempo.
Tomarse un buen tiempo, e incluso , algunos tiempos cortos donde conseguimos algo de espacio físico, emocional y personal con uno mismo y con un entorno de tranquilidad, puede traer muchos beneficios y recompensas a tu vida y a tu salud en general. De seguro que sentirás menos estrés al estar alejado de los ambientes estresantes, y es allí donde comienzas a tener nuevas miradas y perspectivas de tu vida y de tus proyectos personales.
Pero, tomarse un tiempo para dedicarlo a ti misma, puede traer mucho más que esto.Rompiendo ese ciclo de estrés que nos mantiene abrumados, dará un descanso a nuestros pensamientos para poder pensar mejor y en claridad. Conectarnos con nuestro interior, con esos talentos que Dios padre nos dejó y que muchas veces los mantenemos encerrados adentro sin darnos el tiempo de utilizarlos como deberíamos. Al tomarte un tiempo podrás recuperarte física y mentalmente en un lugar más saludable.
Muchos expertos concluye que, estar expuestas a situaciones estresantes contínuamente, puede desencadenar una ansiedad crónica que puede disminuir la creatividad. Problemas de memoria y hasta periodos prolongados de falta de concentración. Hay que tomarse un tiempo y romper con este ciclo. Necesitamos que nuestros pensamientos vuelvan su estado de quietud para renovar nuestras fuerzas y conseguir un aumento de la creatividad que puede extenderse a todas las áreas de nuestras vidas. Esto puede hacernos mejores en nuestros trabajos, más disponibles y amables en nuestras relaciones, más enérgicos con nuestras familias y siendo más capaces de disfrutar la vida durante un tiempo prolongado después de nuestro regreso.
Renovar fuerzas en Dios.
Hay una cita bíblica que trata sobre renovar fuerzas que siempre me ha cautivado. Incluso, muchas canciones en distintas versiones le han sacado a esta palabra de Dios. Dice así:
«¿No lo has sabido? ¿No has oído? El Dios eterno, el Señor, el Creador de los confines de la tierra, no se cansa ni se fatiga. Su comprensión es inescrutable. 29 Él da poder a los débiles, Y a los que no tienen poder Él aumenta la fuerza. 30 Los jóvenes se cansan y se fatigan, y los jóvenes caen, pero los que esperan en el Señor, van a renovar fuerzas; volarán como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán». (Isaías 40,28,31)
Hay veces que todos necesitamos una renovación. Descansar de la rutina diaria y un tomarse un tiempo de rejuvenecimiento. En esta vida pasamos por cosas que nos afectan de muchas maneras. Trabajamos duro en nuestra rutina diaria y eso afecta a nuestro cuerpo físico, mente y nuestras fuerzas.
Tomarse un tiempo en Dios.
Algunos lidiamos con perturbaciones espirituales que afectan a nuestra alma espiritual. Nos cansamos y necesitamos renovar fuerzas en Dios. Cuando esto suceda, hay que tomarse un tiempo para Dios. Acude a Él en la oración y Él traerá la paz a tu vida, vas a renovar fuerzas, caminarás y no te fatigarás, como lo dice su Palabra.
Construye un tiempo para Dios, un tiempo de paz. No esperes hasta que estés completamente «sin nada que hacer» para tomarte el tiempo de paz. Tomarse un tiempo cada día para caminar solo, para conversar con Dios mientras caminas, para leer algunos libros de crecimiento espiritual. Hay que tomarse un tiempo para la calma y la comodidad. Entonces podrás ver aparecer todo el camino despejado para las personas que amas.
No hay tiempo que valga para culparse por aquellas cosas que aún no has logrado, especialmente cuando se trata de amar a los tuyos. Menos tiempo dedicado a la culpa permitirá tomarse un tiempo dedicado al amor.
Con todo esto, seguro que podrás encontrar un tiempo para renovar fuerzas y cuidarte. Es necesario tomarse un tiempo e invertir en estas cosas sencillas pero útiles para la salud integral de tu vida.
- ¿Y tú, dedicas algún tiempo a cuidar de ti y para renovar fuerzas?
- ¿Qué cosas haces para renovar fuerzas y ese entusiasmo en tu día a día?
- ¿Tomarse un tiempo para Dios es prioridad en tu vida?
- ¿Qué sucede cuando dejas de poner atención en esas pequeñas rutinas de atención para contigo?
Me gustaría que pensaras en todo esto que acabas de leer. Tomarse un tiempo para meditar en esta lectura es una invitación a seguir construyendo el camino y renovar las fuerzas que necesitamos para avanzar.
Venezolana viviendo en Ecuador, hija de Dios, mujer de fe, madre y esposa. Ingeniera De profesión y misionera de corazón. Trabajando día a día en mi crecimiento espiritual y buscando la coherencia, tomando como guía la frase de San Pablo: «Cambia tu manera de pensar y cambiará tu manera de vivir». (Romanos 12,2)
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